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La crisis de las romcoms: ¿es posible que estén perdiendo la gracia?

  • Foto del escritor: ESZNA
    ESZNA
  • 20 oct
  • 3 Min. de lectura

Barcelona, Cataluña

Fotografía: Chris Baker
Fotografía: Chris Baker

Texto: Adriana Agudetse


Es innegable que las comedias románticas siempre han estado allí para acompañar, sin importar cuál fuera nuestra situación sentimental. Aunque jamás pensé que caería en frases como “tal cosa era mejor en mi época”, debo decir que como 2000s baby, sí me persigue la sensación de que en la década del 2020 las comedias románticas son un arte perdido. Puede que sea porque empezamos la década con mal pie, pero la mayoría de cintas del género que he visto últimamente me han dejado con un mal sabor de boca, principalmente por la siguiente razón: no son divertidas.


Antes de escribir esto, quería asegurarme de no estar dejándome llevar por la nostalgia.  Sinceramente, eso sigue estando por ver —y es que a mí donde me pongas La cruda realidad o Cómo perder a un chico en 10 días… Bueno, qué deciros, no hay comparación. El caso es que aunque mucha gente no se lo tome en serio (sexismo y esas cosas), hablamos de un género muy destacado con un público fiel. Así, algunas películas tienen tramas enrevesadas y otras son muy simples, pero eso es lo de menos. Dos cosas son indispensables: química entre los actores y un buen guion


Matthew McConaughey y Kate Hudson en Cómo perder a un chico en 10 días (Michael Gibson)
Matthew McConaughey y Kate Hudson en Cómo perder a un chico en 10 días (Michael Gibson)

Algunos títulos recientes que me vienen a la mente son Mi año en Oxford, El mapa que me lleva a ti o Sweethearts. Lo peor es que cuando me pongo una de estas películas, ¡la mayoría empiezan bien! Actores con promesa, una química palpable y esas tropes que no pueden faltar (¿quién no ha visto una sobre la chica de ciudad estresada que conoce a su polo opuesto?). Es según avanza la trama que las cosas se tuercen y yo me pregunto: ¿en qué momento me he apuntado a que se muera uno de los dos, o a que después de todos los obstáculos, ni siquiera acaben juntos? Sería entendible si estas películas se estuvieran promocionando como dramas, pero no parece ser el caso. Me hace pensar en el marketing de Materialistas, por ejemplo, y es que cualquiera podría haber intuido que estaba yendo a ver una comedia, cuando no podría estar más lejos de la realidad.


Nico Hiraga y Kiernan Shipka en Sweethearts (Fotografía: Cara Howe)
Nico Hiraga y Kiernan Shipka en Sweethearts (Fotografía: Cara Howe)

Si bien es cierto que hoy en día, parece que la premisa en Hollywood ya es “contratemos a los dos actores más guapos del momento y punto”, lo cual puede salir tan bien como fatal, parece que ya nadie quiere invertir en una comedia romántica. La mayoría se van directas a los servicios de streaming, con excepciones como la exitosa Cualquiera menos tú (2023). No sé si esto tendrá algo que ver con la falta de comedia pura en las historias; si se trata de una cuestión de estatus, de querer que el público se tome tu película “en serio”. Lo que está claro es que no dejo de ver unos giros e incongruencias que como espectadora, me descolocan.


Quiero aclarar que no todo han sido desaciertos. Cabe señalar cintas como Upgraded o Players (2024), que salieron en Prime Video y Netflix respectivamente. Nos encantó la premiada Palm Springs (2020), aunque según se mire tener a Andy Samberg como protagonista es hacer trampa y si queremos ponernos quisquillosas, técnicamente la grabaron en 2019. También reímos y nos emocionamos con la última entrega de Bridget Jones: loca por él, pero de nuevo, ya sabíamos de antemano que siempre podemos contar con BJ para esto. 


Andy Samberg y Cristin Milioti en Palm Springs (Quyen Tran)
Andy Samberg y Cristin Milioti en Palm Springs (Quyen Tran)

Aun así, cuesta pensar en momentos memorables, como Sandra Bullock cantando sobre pelotas o arrodillándose en mitad de la calle para pedirle matrimonio a Ryan Reynolds en La proposición. ¿Y qué fan de las romcoms no se acuerda, por ejemplo, de la escena de Andie Anderson cantando You’re So Vain y cómo esto cambió la canción de Carly Simon para siempre? Quizá sea muy exigente, pero me está faltando algo así. 


No sé si la cuestión es que hay que volver a los textos antiguos o todo lo contrario, pues ya hemos hablado de que la nostalgia es un arma de doble filo. Todo lo que sé es que hay un vacío en el mercado ahora mismo y, qué deciros, se necesitan valientes dispuestas llenarlo. Quiero pensar que ya están de camino y que lograrán que nos enamoremos de nuevo, una y otra vez.  


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